Jose Morea

Nace en Valencia 1951
Sus primeros trabajos fueron trepidantes, gráficos y narrativos. Incluso, con algunos ecos surrealistas, como el de la bañista cosiendo a máquina en la playa. Posteriormente, sus personajes aparecieron perfilados como Egipcios (nombre de una serie), lo que le dio entrada en su obra a las figuras mitológicas en general. Su personal "descubrimiento" de Italia a partir de 1984, hizo que los viajes a ese país fueran una constante en sus pinturas. Y que se incrementara la apariencia escultórica de los cuerpos, así como el repertorio de figuras mitológicas, reales o apócrifas. Los períodos de regreso a España, por su parte, lo condujeron a la tradición de la pintura, concretamente al género del bodegón, al que le dedicaría una larga serie.
Su itinerario creativo seguiría transformándose. Entre 1988 y 1991 se revelará de una manera muy particular: trabajar con música, sobre todo con música tecno, al estilo acid house. Y, a mediados de los noventa, la imaginación de Morea se desplazó hacia el mundo oriental, con su larga serie de retratos japoneses.







el artista ha pasado en los últimos diez años en Brasil y refleja los aspectos más determinantes de su itinerario. Fiel a su larga trayectoria, dominada por una orientación en donde se entrecruzan el arte y la vida cotidiana, Morea manifiesta de nuevo su interés por la mitología y por las leyendas populares tanto primitivas como actuales, en pinturas que basculan en el marco de una poética de sesgo neoexpresionista entre los extremos del pop y el arte povera. “Las Américas de Morea” se divide en tres secciones dedicadas a los enclaves de Salvador de Bahía

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