Aernout Mik

Aernout Mik (Holanda, 1962) califica su trabajo de vídeoinstalaciones
Aernout Mik Vacuum Room (2005), still from video installation
  El universo de Aernout Mik es una recreación de lo absurdo, del sinsentido, de lo ilógico de las cosas. éste parecería que es su mensaje en un primer momento. Sus vídeos consisten en secuencias muy cortas y sin narración de absurdos y catástrofes. Sin sonido, las imágenes se van repitiendo en una secuencia sin fin; a lo sumo existen ligeras variaciones, pero se trata básicamente de la misma situación. Las figuras que intervienen son como personajes deshumanizados: en un entorno intencionadamente descuidado, sus gestos no son sus gestos, su contexto no es su contexto, sus relaciones no son sus relaciones... Son personajes o títeres de un ballet mecánico. A priori se diría que son imágenes extrañas, agobiantes, que responden a una estética exhibicionista del dolor, como si se tratara de una autocomplacencia adolescente por lo grotesco. Así, Aernout Mik recrea un laberinto de imágenes que implica al espectador; en algunos casos, por ejemplo, con efectos de ligeros movimientos de paredes y/o de la pantalla para intensificar la percepción. Otro aspecto importante: en muchos casos, los retroproyectores, a ras de suelo, proyectan la imagen sobre una pantalla de manera que ésta resulta visible por sus dos caras en el itinerario de la exposición; esto significa que los transeúntes cruzan la fuente de luz e interfieren con su sombra la imagen. Asímismo, Aernout Mik explica que en sus construcciones utiliza la escala humana -las pantallas no son superiores a 1,75 m. Es decir, existe la voluntad de crear una atmósfera envolvente, de que los transeúntes se impregnen o se sumerjan en las imágenes... ésta es la idea, como si los espectadores también formaran parte de las imágenes o las imágenes se desdoblaran en espectadores y fueran parte del mismo sinsentido y del mismo absurdo.(JaumeVidal Oliveras)






Perder el control nos lleva muchas veces a una alteración, a no ser del todo conscientes de lo que pasa a nuestro alrededor. A sentirnos perdidos, subordinados por lo que pasa. A estar confusos. Precisamente, en esa indeterminación que supone el desfase emocional entre un acontecimiento y cómo nos afecta, Aernout Mik (Gröningen, Holanda, 1962) evoca lo que nuestra conducta tiene de fragilidad. Sobre ella gira todo su trabajo. Sobre dinámicas y conductas: las que nos colapsan, las que nos alienan, las que nos diferencian. Ante las que claudicamos. Un trabajo que infunde una violencia sutil y contradictoria que pone en duda nuestra capacidad de relacionarnos. Todas las obras tienen una relación con la crisis y la violencia, pero de manera muy diferente. A veces, esa relación es casi lúdica, otras subversiva y, en ocasiones contundente y casi de coger aire.(Bea Espejo)

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