Simona Rota

Simona Rota (1979, Rumania) estudió Ciencias Políticas entre Bucarest y Barcelona y fotografía en Madrid.Como fotógrafa profesional, su trabajo más importante ha sido una misión de documentación para el Museo de Arquitectura de Viena, desarrollado entre 2010 y 2012, en las antiguas repúblicas soviéticas. Sus proyectos personales "Big Exit", "Instant Village" "Placelessness" y "Ostalgia",


AU BORD DE LA MER 2009

BIG EXIT 2009

Con motivo de su serie “Ostalgia”, Simona Rota escribe la siguiente reflexión:
“Si insistimos en hacer una traducción literal de la palabra y el concepto, “Ostalgia” (Dolor de Este)  nació en 1989, tras la caída del Muro de Berlín. De existir antes, no fue nombrado hasta que la antigua Alemania del Este, confrontada con los rápidos cambios necesarios para la integración con su mitad occidental, sentió nostalgia de su antigua identidad en proceso de disolución tras la reunificación. Este anhelo, junto con un cierto sentimentalismo de Occidente hacia el Este, acaba de crear una nueva mitología de la antigua Alemania del Este y, por extensión, sobre el antiguo bloque soviético. En alemán, “Ost” significa Este. En griego “algos” significa dolor. “Ostalgia” es una aleación lingüística tan imposible como el mismo deseo de reconstruir algo que podría no haber estado nunca allí.

OSTALGIA 2012
 “Ostalgia” es una serie fotográfica desarrollada durante dos años, entre 2010 y 2012. Nació a raíz de un trabajo de documentación del Museo de Arquitectura de Viena, ya que, como fotógrafa, hice parte de un grupo de investigación coordinado por el Museo, cuya misión era – bajo el nombre de “Soviet Modern” – la localización, rescate y estudio de los archivos soviéticos relacionados con la arquitectura que fue promovida por la ex Unión Soviética en sus 15 repúblicas entre los años 60 y 90.
Los edificios documentados son a menudo estructuras grandes de aire heroico acompañadas por enormes espacios públicos opresivos donde los individuos se difuminan. Estas grandes estructuras han sido diseñadas y construidas como una expresión del triunfo mientras que el espacio público excesivo y sus correspondientes espacios privados pequeños muestran una voluntad de control sobre la vida pública e incluso privada de los individuos. Los edificios, promovidos por el régimen, tienen un diseño atrevido, a veces experimental, y se vieron favorecidos por la búsqueda de una imagen de poder, progreso, prestigio y éxito económico, imagen que debería haber sido capaz de legitimar los planes y acciones de los poderes políticos totalitaristas. Grandes edificios que ahora son a menudo candidatos a gigantes rídiculos, grandes sueños invalidados por la historia, mientras que la atmósfera decadente que reina hoy en día en las antiguas repúblicas soviéticas crea un espacio físico y virtual en el que es fácil proyectar ansiedadades, mitos y nostalgia”.

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