El paisaje como cuerpo y el cuerpo como paisaje




El reverso del paisaje
Fotografías de Cecilia Vignolo
“Es como un paisaje, como un viaje por Mendoza, cuando te vas acercando a la cordillera y ya no hay árboles, todo igual y todo diferente, el cielo contrastado. Hace frío” [1]. A diferencia de otras obras que Cecilia ha realizado mediante fotografías y performances buscando el lugar del cuerpo, en este caso, la corporalidad no ocupa un lugar, sino que es el lugar. Es la presentación del cosmos, como en la danza Butô, aunque a diferencia de ésta, quien se mueve no es el cuerpo, sino el ojo de la cámara en un trayecto horizontal que registra los pliegues del límite; un límite prometeico, horizontalmente (in)finito.
Cada fotograma desdibuja la integridad corporal como discurso del poder y del control social, presentándolo en fragmentos de mundo, en partes de un metacuerpo que elude la distancia de la mirada falocéntrica y se instala en la más obscena de las cercanías. Esa ambivalencia en la inteligibilidad de las distancias (lejanía/cercanía) es precisamente el punctum barthesiano de estas fotografías. Se pasa del studium al punctum sin solución de continuidad, mediante el reconocimiento repentino de la piel en los microrelieves de folículos pilosos integrados al granulado del papel fotográfico.

Gabriel Peluffo Linari

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