Christian Boltanski








Christian Boltanski  nació en París en 1944. Su madre cristiana y su padre judío marcará un poco el derrotero espiritual de su obra. Por esa razón la muerte está presente en su obra, la huella del holocausto está fija en su memoria íntima. No es casual entonces que su obra sea una puesta escena de esa observación rigurosa de la vida cargada de recuerdos profundos, de heridas hondas que logran salir a través de una expresión plástica ceñida a esas luces y sombras de la memoria. El trabajo artístico de Boltanski, y que uno no puede desligar del trabajo estético de Beuys, ha ganado sentido trascendente con el devenir de los años consolidándose como un discurso por encima del mercado tradicional del arte y de ese marasmo de vacietud que parece corroer el mundo del arte.
Las instalaciones y objetos de Boltanski no se dan la mano con las tecnologías informáticas de nuevo cuño, ni recurren a la estridencia de la violencia para captar la atención; más bien él recurre a materiales frágiles al tiempo (fotografías, fotos encontradas, ropa abandonada, velas, bombillos eléctricos, viejas latas de galletas, recortes de periódicos, anuncios de revistas, dentaduras postizas, etc.), pero que forman parte de las pertenencias de personas que ya han muerto, son intrascendentes testimonios de nuestra breve estada en la vida. No busca el ruido agrupando objetos y fotografías, sino que intenta encontrar una penumbra limpia y tratar ese tema de la muerte que le obsesiona profundamente.
La estética en Boltanski tiene un ritmo inusual y emplea todos los recursos (Fotografía, postales, cartas y los libros del artista) que de alguna manera indagan sobre la vida, la memoria, el recuerdo y la muerte. 
El trabajo con objetos personales se modificó en obras posteriores. Los objetos recolectados en otros lugares ya no necesitaban exhibirse en un museo para destacar su características estética y su noción poética sobre sus dueños que ya no estaban. Su obra titulada Lost property (propiedad perdida), consistente en objetos
Perdidos por espacio de seis meses, fueron expuestos en la estación de Tren Tramway. De igual manera su obra "Cloaca máxima"(1994) mostraba en una gran vitrina de vidrio objetos rescatados de una alcantarilla.
Paula Martínez ha escrito: "Su obra esta muy lejos de los cánones del arte narrativo. La imagen y el objeto que recibe el espectador parecen extraídos del olvido por lo que es una obra abierta que invita al público a reconstruir y crear su historia personal. Boltanski ha escrito un texto que encierra, a mi modo ver, toda la esencia de su obra, todo la sensibilidad de su inventario visual y estético:: "Investigación y presentación de todo lo que sigue siendo mi niñez (1944-1950) La mujer vieja terminó de barrer. Ella coloca el trapo en el armario, toma el cepillo de nuevo y rema el polvo que permanece en un pequeño montón a sus pies. Entonces ella recoge el polvo con una pequeña pala y la arroja al cubo de la basura. Con esto ha logrado parte de su tarea, luego ella toma un cepillo, diluye un poco de ajax con agua tibia en una toalla azul oscuro y empieza a limpiar el polvo de la cocina. Ella empuja una silla que le perturba, la vuelve a colocar. Una vez terminado el trabajo guarda todo los objetos de limpieza en el armario y va a derrumbarse en un sofá del comedor para mirar la televisión. El programa que trasmiten no es interesante, ella toma una revista que hojea mientras la televisión sigue encendida. Ligeramente, ella se duerme".(Carlos Yusti)

Comentarios

rodolfo dijo…
arte efímero, que su autor es capaz de plasmar por una sola vez.
Muchas veces me pregunto si un artista pinta o compone su ego, o lo busca la plástica para que sea grato para un observador anónimo