Rolando Castellon


 Artista nicaragüense Rolando Castellón ( Managua, Nicaragua, 1937).
Sin título
Carbón,té,acrílico sobre papel 50x65cm
Rolando Castellón 1973
Pochote
madera 45x39cm
Rolando Castellón 1997

Dice Rolando que de joven le gustaba boxear y que todavía hoy tiene un sueño recurrente: se ve a sí  mismo a punto de empezar una pelea pero ésta nunca tiene lugar. No hay peor derrota; o no hay victoria mayor. Quién sabe. Pero me gustaría imaginar ese sueño como el relato de una pelea siempre pendiente con la historia.

Castellón nunca fue a la Bienal de São Paulo, aunque más de una vez fuera invitado. Una obra suya extravió el camino a Venecia, dejando no más anunciada su participación en la Bienal del 97. Venecia 78 “Dalla natura all´arte, dall´arte alla natura”, con un tema que ya para entonces reclamaba su obra, se lo perdió (aunque no se libró de su furtiva intervención). En 1996 su participación en la Bienal del Barro, de Venezuela, se vio menguada por un repentino cambio de sede que lo desplazó de Caracas a Maracaibo. Casi nadie notaría tampoco su presencia como Leonardo Castellón en el conocido libro Tres décadas vulnerables del arte latinoamericano.  En su muestra 2005 en el MADC “Rastros Castellon hace una mirada mirada cíclica”; y creo, haciendo loa a su intuición, que no hay título más preciso para nombrar un recorrido que comienza -según su memoria- a inicios de la década del setenta (1971) y que, aparentemente, termina en el simbólico año 2000. Y digo “aparente”, pues aunque Rolando insista en que ese es el período que comprende su trayectoria “artística”, creo que no es más que uno de los muchos trazos y rastros que conforman su accidentada y  -fabul(osa)ada historia que -como él mismo insiste- es una especie de serpiente que se muerde la cola, pero que, paradójicamente, estará siempre incompleta: nunca (re)encuentra, nunca se (re)une, nunca se repite.

 Esa misma figura simbólica, mítica de la serpiente, también remite a otra de las recurrencias artísticas y vitales de Rolando: el de la memoria fragmentada, el de la vuelta y la búsqueda incesante de su “identidad” (100% mestiza, como le gusta decir): una otredad telúrica, histórica, vivencial, que se expresa en su trabajo constante con la tierra, con el barro, con esos objetos de desecho, re-hechos y re-vividos en formas y figuras simbólicas o reales, en extraños y a veces indescifrables trazos de dibujos y grabados, que de alguna manera dan cuenta de esos rastros irresolubles pero fundamentales en las muchas trayectorias de sus múltiples personalidades.(Ernesto Calvo
Director MADC )



Rolando Castellón llegó a Lisboa por primera vez en Octubre 2008 a la estación de buses de Oriente donde tomó el Metro hacia la historia que es Chiado.   
Al salir de la estación lanzó una moneda al aire hacia el destino:  cara, y dobló a la izquierda donde encontró el albergue adecuado para pasar la primera noche, protegido del clima invernal.  
Al fin Lisboa. 
Amor a primera vista.
Esta exposición es un homenaje del artista a su nueva amada ciudad: Homenaje a su gente en su cultura; a sus calles, eléctricos, muros, ventanas, jardines, avenidas; a su arte, museos, música, sus fados, vinos, gastronomía,  fiestas y algaravía, y finalmente, a su regreso por Oriente, a su barrio futurista desarrollado desde su Feria Mundial de 1998.   
Salud Lisboa, ´´volveré´´ dijo el artista, confirmando esa promesa con esta exposición.
                                                           Moyo Coyatzin
                                                    Bajamar, Costa Rica,  2011


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